La iraquí Iman A. Jamas recibe en Córdoba el Premio Julio Anguita Parrado

'Ningún medio está autorizado a cubrir eventos a menos que vaya con las tropas'

El redactor de EL MUNDO falleció en Irak hace cuatro años, el 7 de abril de 2003

07/04/2007 15:11

ELMUNDO.ES
MADRID.- La periodista y escritora iraquí Iman A. Jamas ha recibido en Córdoba el Premio de Periodismo Julio Anguita Parrado, creado en memoria del redactor de EL MUNDO, que falleció en Irak hace cuatro años, el 7 de abril de 2003, cuando ejercía como corresponsal de guerra.
El acto se ha celebrado en el 'Salón de los Mosaicos' del Alcázar cordobés y ha contado con la presencia de Antonia Parrado, madre del fallecido periodista, la secretaria general del Sindicato de Periodistas de Andalucía, Lola Fernández Palenzuela, y la alcaldesa Rosa Aguilar, entre otras personalidades.
Iman A. Jamas ha pronunciado un discurso en árabe en el que ha denunciado la situación a la que se enfrenta la profesión en su país. En este sentido, ha asegurado que Irak está siendo escenario de asesinatos selectivos de intelectuales y periodistas, que ven cómo sus sedes son atacadas tanto por las tropas de ocupación como por las milicias.
Este contexto es especialmente grave en el caso de los reporteros iraquíes. Desde el año 2003, cuando comenzó la ocupación por parte de EEUU, han muerto más de 200, asegura.
"Los periodistas siguen siendo secuestrados y matados. Mientras, los responsables de la ocupación no hacen nada al respecto", denuncia
"Los periodistas iraquíes son a menudo expuestos a arrestos y detenciones sólo por portar una cámara o un cuaderno. Muchos son amenazados de muerte por las milicias. En los primeros meses de ocupación, periódicos y páginas webs de ciertos partidos y milicias publicaron listas de periodistas, escritores y nombres de intelectuales que debían ser asesinados. Los periodistas siguen siendo secuestrados y matados. Mientras, los responsables de la ocupación, que son responsables de tal situación, según marca la ley internacional, no hacen nada al respecto", ha afirmado.
Iman A. Jamas ha criticado además el férreo control que ejerce EEUU sobre la información: "La ocupación de Irak es también una guerra de información. Es la primera experiencia de este tipo. Para las tropas americanas, permitir la cobertura independiente de los medios está fuera de cuestión. Ningún medio está autorizado a cubrir ningún evento a menos que vaya empotrado con las tropas y por supuesto refleje lo que pasa según el punto de vista de éstas. Si un periodista independiente intenta cubrir los eventos, se ve obligado a esconder su identidad o a arriesgar la vida".
Tampoco los periodistas internacionales han quedado a salvo de sus críticas. En este sentido ha denunciado que "algunos americanos y británicos que se supone que siguen cubriendo la realidad iraquí no hacen el trabajo ellos mismos. Se quedan en hoteles fuertemente protegidos, nunca salen a las calles. Contratan a periodistas iraquíes a los que mandan a primera línea para traer noticias frescas".
"Algunos americanos y británicos que se supone que cubren la realidad iraquí no hacen el trabajo ellos mismos. Se quedan en hoteles fuertemente protegidos"
Una trayectoria entregada a la denuncia
El Premio de Periodismo Julio Anguita Parrado, convocado por el Sindicato de Periodistas de Andalucía, reconoce la trayectoria comprometida con los Derechos Humanos y la paz de Iman A. Jamas y su "valentía" por haber trabajado en situaciones muy difíciles en su país.
Iman A. Jamas ha dedicado su trabajo a hacer visible el sufrimiento de los iraquíes desde la ocupación, en 2003, por las tropas estadounidenses. Ese mismo año, y tras más de una década ejerciendo como periodista, fundó el Observatorio Internacional de la Ocupación para denunciar el impacto social, económico y político de la invasión, investigar los abusos contra los Derechos Humanos y aliviar la situación de las mujeres. El centro sólo estuvo activo un año, ya que fue cerrado por las amenazas de muerte que sufrieron Jamas y sus colaboradores.
En agosto de 2006, la activista, de 51 años, pidió asilo en España. Desde su residencia en Barcelona continúa participando en la lucha contra la ocupación.